LA SÁTIRA Y EL EPIGRAMA
EPIGRAMA-INTRODUCCIÓN
El epigrama, composición breve, concisa y
variada, consigue decir mucho con pocas palabras. Frente al epigrama griego de
tipo funerario, erótico o votivo, el romano resulta satírico, jocoso e
invectivo.
AUTORES Y OBRAS
Catulo
es el primero que ofrece un número relevante de epigramas de tipo erótico y
satírico.
Al propio Virgilio se le atribuye el Catalepton, colección de epigramas en
yambos.
Más llamativos son los Priapeos, epigramas que tienen que ver con Príapo, guardián de
huertos y jardines, divinidad de la fertilidad, hijo de Dioniso y Afrodita; La
mayoría son anónimos.
Pero el verdadero maestro del epigrama es Marco
Valerio Marcial. Representa en sus obras a la sociedad romana, sus vicios y
defectos, con caricaturas a veces desgarradoras. Aspectos relacionados con el
sexo se tratan con rotunda claridad. No hay en sus obras ninguna intención
moralizante; parece disfrutar arremetiendo contra sus contemporáneos. Y sin
embargo, salvo en contadas ocasiones, esos contemporáneos no aparecen
mencionados por su nombre. Bastan muchas veces cinco o seis versos para decirlo
todo con pocas palabras, guardando siempre para el último verso la descarga
final. Es un humor más bien intelectual.
Hay que esperar hasta Ausonio en el s.
II para encontrar una colección titulada Epigrammata.
El polifacético Claudiano incluyó también epigramas dentro de su
producción. Los trabajos de estos y otros autores de época más tardía fueron
recopilados en la Anthologia latina.
SÁTIRA-INTRODUCCIÓN
Suegún Quintiliano, la sátira es un género
absolutamente peculiar que no deriva directamente de ningún otro género
literario, ni del mundo latino ni del mundo griego. Se trata, pues, de un
género novedoso, una mezcla abigarrada de elementos diversos. En líneas
generales se establece una distinción entre sátira menipea y sátira
hexamétrica, o romana.
AUTORES Y OBRAS
Sátira
menipea: llamada así por tener como
referencia la figura de Menipo de Gádara (s. III a. C.) filósofo cínico
que utilizó una mezcla de prosa y verso para exponer su pensamiento ético.
En Roma fue M. Varrón quien compuso 150
libros de sátiras de los que conocemos los títulos y unos 600 fragmentos.
Conservamos completa la obra satírica de Séneca
titulada Apocolocyntosis divi Claudi,
es decir “Transformación en calabaza del divino Claudio”, donde arremete contra
el emperador Claudio, que le había desterrado a la isla de Córcega.
Sátira
hexamétrica: el creador es C.
Lucilio. Se reduce la variedad métrica a un solo esquema métrico. Se hace
presente la invectiva y la crítica directa y agresiva. Han llegado a nosotros
unos 1500 versos.
Casi un siglo más tarde (30 a. C.) compone Horacio
dos libros de sátiras que tituló Sermones,
esto es “Conversaciones”. Alterna el verso hexamétrico con el yámbico y rebaja
notablemente el tono de la crítica.
Sucesor de Horacio fue A. Persio Flaco
(34-62 d. C.), es el escritor más joven de la literatura latina; murió a los 28
años. Educado en los círculos cultos, sus sátiras se reducen a poco más de 600
versos, seis composiciones. La primera sátira glosa la poesía y actitud ante
ella del propio Persio; la segunda toca aspectos de la religiosidad del
individuo; la tercera se dedica a la educación; la cuarta, al pensamiento de
Sócrates; la quinta, a la libertad y al saber; y la sexta, de la ambición.
El gran autor de sátira es Juvenal
(55-130 d. C.). Tuvo casa En Roma y villas en Tívoli y Aquino. Su producción
consta de cinco libros. Arremete contra todo y contra todos y en especial con
personajes del pasado. Presenta la imagen de una sociedad degenerada. Con
Juvenal la sátira alcanza su máximo esplendor.
Enlace a Almacén de Clásicas, "La Sátira".