martes, 17 de marzo de 2020

Literatura Latina: La Novela

 LA NOVELA 

INTRODUCCIÓN
Los romanos, al igual que los griegos, no tuvieron jamás conciencia de la novela como género literario específicamente definido (en griego mythos y en latín mythistoria o fabula). El género novelesco fue un género sencillo, sin normas estrictas, donde la realidad y la fantasía se mezclan.
No es un género serio, carece de función específicamente pedagógica, su finalidad es ante todo entretener. En Grecia estaban dirigidas a un público masivo y poco culto, mientras que en Roma era más restringido y culto. Hay aspectos en la novela romana que recuerdan al género satírico, mientras que la novela griega es más fantasiosa. La novela latina narra aventuras en primera persona, presenta personajes con una personalidad compleja y rica.
Los orígenes de la novela romana podemos encontrarlos en autores como Arístides (s. I d. C.) con sus Historias Milesias, que fueron traducidas al latín por Sisena (s. I a. C.). Se trata de narraciones breves en tono un tanto obsceno.
AUTORES Y OBRAS
Petronio nos ha legado una obra titulada Satiricón. Aún hoy se duda de la personalidad de Petronio. Se dice que C. Petronio Arbiter era un aristócrata contemporáneo y amigo de Nerón, amante de los placeres refinados. Fue procónsul en Bitinia y acabó cayendo en desgracia y suicidándose en el año 66 d. C., como tantos partidarios y admiradores de Nerón. Su obra es fragmentaria, constaba al parecer de dieciséis libros, de los que han llegado hasta nosotros el decimoquinto, el decimosexto y parte del decimocuarto. El núcleo básico se conoce como Cena de Trimalción, que cuenta cómo discurre un lujurioso banquete. En una colonia griega del sur de Italia, Encolpio, el protagonista, y su amigo Ascilto entran en contacto con Agamenón, un orador de la época que los lleva a cenar a casa de su amigo Trimalción, un liberto venido de oriente que ha llegado a ser un personaje notable en dicha colonia. Se llena el relato de realismo, caricaturas feroces, descripciones exactas, personajes grotescos, vicios y excesos…
Apuleyo (125-170 d. C.), un siglo después, muestra su obra Metamorfosis o el Asno de oro. Comparte con el Satiricón el gusto por la peripecia y los entresijos de la sociedad. Un hombre, Lucio, de viaje por Grecia, va a alojarse en casa de una mujer que realiza prácticas de magia y hechicería. Fascinado por ello, se introduce a escondidas en el laboratorio e ingiere por error una pócima que no le convierte en pájaro, como él pretendía, sino en burro. Así conserva las facultades psíquicas y mentales del hombre pero adquiere el cuerpo de un asno. Unos ladrones saquean la casa y se llevan consigo al asno. A partir de ese momento se sucede todo un sinfín de peripecias que llevarán al asno Lucio a presenciar el rapto de una doncella (Cárite) y su posterior liberación; su segundo apresamiento y una nueva liberación a cargo del novio de la doncella, Tlepólemo, quien, sin embargo, muere en compañía de su amada líneas más adelante; venta del asno Lucio a unos sacerdotes de Cibeles, paso posterior a casa de un molinero, luego a la de un jardinero, después a la de un soldado y finalmente a la de un repostero. Sufre las desventuras amorosas de una matrona que se enamora de él, al igual que una mujer condenada a muerte en el anfiteatro. Todos los intentos por recobrar la forma humana son baldíos, hasta que decide incorporarse, ya en el libro XI, al cortejo de la diosa Isis, donde lame un manojo de rosas y recobra su forma humana. Se intercalan además en esta obra relatos de índole diversa. El más famoso es, sin duda, el cuento de Cupido y Psique, que pone Apuleyo en boca de una vieja que intenta distraer a la joven Cárite durante su secuestro.