LA ORATORIA
INTRODUCCIÓN
Poseer el don de la elocuencia y conocer los
secretos del buen hablar ayudaba a triunfar en el mundo romano. Quien dominaba
los resortes del lenguaje, quien se expresaba con precisión, claridad u belleza
a un tiempo tiene prácticamente garantizado el triunfo en el Senado, en el
Foro, en los tribunales e, incluso, en el campo de batalla arengando al
ejército.
El ejercicio público de la oratoria va ligado
a la libertad de expresión. Así, la oratoria romana florece en tiempos de la
República e irá declinando en época imperial. Encontramos dos puntos
diferenciados en la oratoria romana que vienen marcados por el antes y el
después de la obra de Cicerón.
AUTORES ORATORIA PRECICERONIANA
Muchos de los datos que poseemos de la
oratoria anterior a Arpino proceden del diálogo Brutus de Cicerón. En él se traza una historia de la
oratoria romana en la que aparecen unos doscientos nombres citados.
Las primeras manifestaciones oratorias no
escritas deben buscarse en las laudationes
funebres. Son discursos que con motivo de los funerales de un
personaje ilustre fallecido pronunciaba uno de los allegados o familiares más
próximos. Algunos ejemplos son el discurso pronunciado por el valiente general Q.Fabio
Máximo a la muerte de su hijo Quinto o la impresionante loa realizada por Q.
Cecilio Metelo en el año 221 a. C. a la muerte de su padre.
En el s. II a. C. la oratoria romana se
consolida porque los contactos con Grecia son más frecuentes. En el año 146 a.
C. cae Corinto y Grecia pasa a ser provincia romana. Aparecen entonces dos
personajes preocupados por el aspecto ético de la oratoria: Marco Poncio Catón
y Escipión Emiliano.
Marco Poncio Catón, según afirmaba Cicerón, escribió como vivió,
con una sobriedad y una austeridad ejemplares. Le interesaba mucho más el
contenido del discurso que la forma.
De la misma época es Publio Cornelio
Escipión. Comparte con Catón la preocupación por los valores morales de la
sociedad, pero mientras Catón rechaza todo lo que viene de Grecia, Escipión y
su entorno se muestran totalmente abiertos y receptivos a ella.
Otro orador notable del s. II a. C. fue Servio
Sulpicio Galba. Preocupado más por llegar al auditorio que por el contenido
de sus discursos. Ayudará a trazar la primera línea divisoria entre los dos
estilos de la oratoria: el estilo ático, el aticismo, mesurado y
sobrio; y el estilo asiático, el asianismo, ampuloso y exagerado.
Otros autores destacados son: Tiberio Graco,
Cayo Graco, Marco Antonio y L. Licinio Craso.
AUTORES DE ORATORIA CICERONIANA
Es una época especialmente propicia para el
discurso. Destacan: Aurelio Cota, P. Sulpicio Rufo, E. Licinio
Calvo, el mismo Julio César y sobre todos ellos Q. Hortensio.
Cicerón
fue testigo de dos enfrentamientos
civiles: el de Mario contra Sila y el de César contra Pompeyo. Fue testigo
además de la rebelión de Espartaco y de la conjuración de Catilina.
Defensor de la República, no vio jamás con
buenos ojos en triunfo de César, en quien adivinaba tendencias dictatoriales e
imperialistas. Arremetió contra Marco Antonio, a quién dedicó unas filípicas
que le costaron la vida. Mercenarios de Marco Antonio lo buscaron en su finca
de Formia y lo asesinaron en el 43 a.
C., año y medio después de que cayera Julio César. Su cabeza y su mano derecha
fueron expuestas en el Foro.
Viajó
Grecia y a Asia, se formó en la lengua griega y latina. Sus discursos
pueden dividirse en dos grandes apartados:
-
Discursos judiciales:
pronunciados ante un tribunal tanto en calidad de abogado defensor como de fiscal
acusador. Algunos ejemplos: Pro
Marcelo, Pro Murena, Pro Milone…
-
Discursos políticos:
pronunciados en el Senado o en el Foro. Algunos ejemplos: De imperio Pompeii, Catilinarias, Filípicas… Catilinarias son cuatro vibrantes
discursos contra L.Sergio Catilina, que fue candidato al consulado junto a
Cicerón. Y, al no resultar elegido, trama una auténtica conspiración para
hacerse con el poder. Filípicas son
catorce discursos contra Marco Antonio.
Al retorno del destierro al que le envió
Clodio tras haber arremetido contra Catilina, pronunció algunos discursos de
agradecimiento al Senado y al pueblo: Cum
sanatu gratias egit y Cum populo
gratias egit.
Quiso mostrar un estilo intermedio entre
asianista y aticista. También realizó una fuerte actividad como crítico
literario: De Oratore, Brutus, Orator… Nos explica las cinco partes del proceso que exige el
discurso:
- Inventio: búsqueda de los argumentos.
- Dispositio: distribución adecuada.
- Elocutio: arte de adornar las ideas.
- Memoria: recordar cada dato en su lugar apropiado.
- Actio: relacionado con el momento de la pronunciación, gestos, voz, énfasis…
También explica las partes de las que consta
el discurso:
- Exordium: introducción del tema.
- Narratio: exposición del objeto del discurso.
- Argumentatio: con una faceta positiva, probatio, y una negativa, refutatio.
- Peroratio: conclusión final.
La Oratoria
se centra en la elocutio, la
composición de la frase, el ritmo, la expresividad… Después de Cicerón la
oratoria se refugia en las escuelas de retórica.
AUTORES DE ORATORIA POSTCICERONIANA
La implantación del Imperio implica la
supresión de la democracia, el papel del Senado acabará siendo muy poco
relevante, no hay propaganda electoral, la oratoria recibe las consecuencias
antes que ninguna otra parcela de la cultura.
Séneca el Viejo es la mejor fuente de que disponemos para
saber el funcionamiento de estas escuelas. Su obra se conserva incompleta: Oratorum et rhetorum sententiae, divisiones,
colores. Trata dos tipos de ejercicios que debían realizar los alumnos: Suasoriae y Controversiae.
M. Fabio Quintiliano escribe Institutio
Oratoria, doce libros que constituyen el tratado de retórica más importante
del mundo romano. Completa y perfecciona los escritos de Cicerón. Explica cómo
debe formarse un orador desde que nace hasta que triunfa.
Enlace a Almacén de Clásicas, "La Oratoria".