martes, 17 de marzo de 2020

Literatura Latina: La Oratoria

 LA ORATORIA 


INTRODUCCIÓN
Poseer el don de la elocuencia y conocer los secretos del buen hablar ayudaba a triunfar en el mundo romano. Quien dominaba los resortes del lenguaje, quien se expresaba con precisión, claridad u belleza a un tiempo tiene prácticamente garantizado el triunfo en el Senado, en el Foro, en los tribunales e, incluso, en el campo de batalla arengando al ejército.
El ejercicio público de la oratoria va ligado a la libertad de expresión. Así, la oratoria romana florece en tiempos de la República e irá declinando en época imperial. Encontramos dos puntos diferenciados en la oratoria romana que vienen marcados por el antes y el después de la obra de Cicerón.
AUTORES ORATORIA PRECICERONIANA
Muchos de los datos que poseemos de la oratoria anterior a Arpino proceden del diálogo Brutus de Cicerón. En él se traza una historia de la oratoria romana en la que aparecen unos doscientos nombres citados.
Las primeras manifestaciones oratorias no escritas deben buscarse en las laudationes funebres. Son discursos que con motivo de los funerales de un personaje ilustre fallecido pronunciaba uno de los allegados o familiares más próximos. Algunos ejemplos son el discurso pronunciado por el valiente general Q.Fabio Máximo a la muerte de su hijo Quinto o la impresionante loa realizada por Q. Cecilio Metelo en el año 221 a. C. a la muerte de su padre.
En el s. II a. C. la oratoria romana se consolida porque los contactos con Grecia son más frecuentes. En el año 146 a. C. cae Corinto y Grecia pasa a ser provincia romana. Aparecen entonces dos personajes preocupados por el aspecto ético de la oratoria: Marco Poncio Catón y Escipión Emiliano.
Marco Poncio Catón, según afirmaba Cicerón, escribió como vivió, con una sobriedad y una austeridad ejemplares. Le interesaba mucho más el contenido del discurso que la forma.
De la misma época es Publio Cornelio Escipión. Comparte con Catón la preocupación por los valores morales de la sociedad, pero mientras Catón rechaza todo lo que viene de Grecia, Escipión y su entorno se muestran totalmente abiertos y receptivos a ella.
Otro orador notable del s. II a. C. fue Servio Sulpicio Galba. Preocupado más por llegar al auditorio que por el contenido de sus discursos. Ayudará a trazar la primera línea divisoria entre los dos estilos de la oratoria: el estilo ático, el aticismo, mesurado y sobrio; y el estilo asiático, el asianismo, ampuloso y exagerado.
Otros autores destacados son: Tiberio Graco, Cayo Graco, Marco Antonio y L. Licinio Craso.
AUTORES DE ORATORIA CICERONIANA
Es una época especialmente propicia para el discurso. Destacan: Aurelio Cota, P. Sulpicio Rufo, E. Licinio Calvo, el mismo Julio César y sobre todos ellos Q. Hortensio.
Cicerón fue testigo  de dos enfrentamientos civiles: el de Mario contra Sila y el de César contra Pompeyo. Fue testigo además de la rebelión de Espartaco y de la conjuración de Catilina.
Defensor de la República, no vio jamás con buenos ojos en triunfo de César, en quien adivinaba tendencias dictatoriales e imperialistas. Arremetió contra Marco Antonio, a quién dedicó unas filípicas que le costaron la vida. Mercenarios de Marco Antonio lo buscaron en su finca de Formia y lo asesinaron en el 43 a. C., año y medio después de que cayera Julio César. Su cabeza y su mano derecha fueron expuestas en el Foro.
Viajó  Grecia y a Asia, se formó en la lengua griega y latina. Sus discursos pueden dividirse en dos grandes apartados:
-          Discursos judiciales: pronunciados ante un tribunal tanto en calidad de abogado defensor como de fiscal acusador. Algunos ejemplos: Pro Marcelo, Pro Murena, Pro Milone
-          Discursos políticos: pronunciados en el Senado o en el Foro. Algunos ejemplos: De imperio Pompeii, Catilinarias, FilípicasCatilinarias son cuatro vibrantes discursos contra L.Sergio Catilina, que fue candidato al consulado junto a Cicerón. Y, al no resultar elegido, trama una auténtica conspiración para hacerse con el poder. Filípicas son catorce discursos contra Marco Antonio.
Al retorno del destierro al que le envió Clodio tras haber arremetido contra Catilina, pronunció algunos discursos de agradecimiento al Senado y al pueblo: Cum sanatu gratias egit y Cum populo gratias egit.
Quiso mostrar un estilo intermedio entre asianista y aticista. También realizó una fuerte actividad como crítico literario: De Oratore, Brutus, Orator… Nos explica las cinco partes del proceso que exige el discurso:
  •         Inventio: búsqueda de los argumentos.
  •         Dispositio: distribución adecuada.
  •         Elocutio: arte de adornar las ideas.
  •         Memoria: recordar cada dato en su lugar apropiado.
  •         Actio: relacionado con el momento de la pronunciación, gestos, voz, énfasis…
También explica las partes de las que consta el discurso:
  •    Exordium: introducción del tema.
  •    Narratio: exposición del objeto del discurso.
  •    Argumentatio: con una faceta positiva, probatio, y una negativa, refutatio.
  •    Peroratio: conclusión final.
La Oratoria se centra en la elocutio, la composición de la frase, el ritmo, la expresividad… Después de Cicerón la oratoria se refugia en las escuelas de retórica.
AUTORES DE ORATORIA POSTCICERONIANA
La implantación del Imperio implica la supresión de la democracia, el papel del Senado acabará siendo muy poco relevante, no hay propaganda electoral, la oratoria recibe las consecuencias antes que ninguna otra parcela de la cultura.
Séneca el Viejo es la mejor fuente de que disponemos para saber el funcionamiento de estas escuelas. Su obra se conserva incompleta: Oratorum et rhetorum sententiae, divisiones, colores. Trata dos tipos de ejercicios que debían realizar los alumnos: Suasoriae y Controversiae.

M. Fabio Quintiliano escribe Institutio Oratoria, doce libros que constituyen el tratado de retórica más importante del mundo romano. Completa y perfecciona los escritos de Cicerón. Explica cómo debe formarse un orador desde que nace hasta que triunfa.

Enlace a Almacén de Clásicas, "La Oratoria".