martes, 17 de marzo de 2020

Literatura Latina: La Bucólica

 LA BUCÓLICA 


INTRODUCCIÓN
La poesía bucólica, como otros géneros, hunde sus raíces en Grecia, en la obra de Teócrito de Siracusa; el propio Virgilio dice en la égloga VI: “he cultivado en latín el verso de Siracusa”. Teócrito escribió sus Idilios (“pequeños cuadros”), que son estampas campesinas que inspirarían durante siglos a pintores y escritores del mundo entero. El medio rústico y campestre se considera un locus amoenus, una especie de paraíso alejado de la ciudad con sus ruidos y sus prisas. En este marco agreste el hombre da rienda suelta a su sensualidad. Todo se percibe por los sentidos.
AUTORES Y OBRAS
Virgilio escribió diez poemas titulados Bucólicas de aproximadamente unos cien versos cada uno. Fueron publicados uno a uno. Los ordenó en grupos de dos: el I con el IX, el II con el VIII, el III con el VII, el IV con el VI y el V en el centro. Esa agrupación por pares no corresponde con una coherencia de los temas:
  • Pasión amorosa: libros II, VIII y IX.
  • Curiosidades científicas o mitológicas: libro VI.
  • Canto y música de los pastores: III, VII.
  • Anhelo de la paz y del descanso y elogio de la naturaleza: libros IV y V.
Años más tarde compuso Geórgicas, que no contaron con tanto éxito, también de tema pastoril, pero no pertenecen a la lírica bucólica.
Sus obras contaron con el favor del público culto. El paisaje, el clima, el entorno, son los de la Galia Cisalpina; los pastores son individuos convencionales.
El género bucólico después de Virgilio no tiene una continuidad definida. Merece mencionar el trabajo de Calpurnio Sículo, que escribió siete églogas, y Nemesiano, que ya en el s. III escribió un pequeño poema llamado Cinegética.